El 13 de julio se produjo el segundo estreno del año, también en Sala Dómine, con la puesta en escena de “La Vida es un Fugitivo Relámpago”.
Este espectáculo fue armado en base a un texto de Carlos Dittler, “Fugitivo Relámpago es la Vida”, y a dos escenas de otro texto de Hugo Marcos, “Ojalá”, para completar la función.
Nos pareció oportuna esta amalgama ya que en las tres escenas se muere por amor. En el primer caso, Norma Pomés personificó a una mujer golpeada que, frente al juez, narra su trágica vida hasta el desenlace final.
En el segundo monólogo Bocha Graña es Juan, un obrero a quien su esposa dejó por otro hombre y en este momento espera con ansias su llamado telefónico porque parece que va a volver.
En la última escena, Tili Martínez y Mariana Haidar, son Patricia y Carola. La primera es una poetisa de léxico alambicado mientras que Carola es una amiga, que vuelve de un viaje por Italia y viene a visitarla, preocupada porque la forma de ser de Patricia la está alejando de sus otras amigas. En la conversación se van poniendo de manifiesto la vida de cada una y la desaprobación y burla de Carola sobre el novio que tenía Patricia, hasta que descubre en la cocina algo que producirá su desesperación y el desenlace trágico de esta historia.
Comentarios recientes